La electricidad en general y especialmente los riesgos de alta tensión obligan a una constante innovación en los equipos de protección individual.
Exahustivos y permantes controles sobre el producto y posterior mantenimiento del mismo marcan una señal de identificación inconfundible con la tecnología envuelta en este campo. El error no es admisible y por lo tanto de la calidad del producto depende, en la mayoría de los casos, la seguridad y vida del usuario.